Mi enfoque
fotográfico del
mundo

1.

Los humanos nacemos en un mundo ajeno. Con nuestros esfuerzos culturales nos abrimos al mundo. Las ciencias empíricas, en particular, contribuyen eficazmente a ello. Explican cómo está estructurada la realidad en detalle, nos permiten ver más y más.

Por muy grandes que sean los avances de las ciencias y las técnicas asociadas a ellas, hay preguntas esenciales que siguen sin respuesta: ¿Qué significa todo esto? ¿Y quién soy yo en este mundo? Hemos desarrollado nuestros propios esfuerzos culturales para estas cuestiones: las filosofías, en cierta medida también las religiones, las literaturas y las artes. Degeneran en ideologías cuando prometen la redención, y en mera decoración cuando repiten lo demasiado familiar de forma agradable y tranquilizadora.

La fotografía como campo de las artes forma parte de los intentos del hombre por orientarse en el mundo y sobre su propia posición en el mundo. No puede haber recetas, pruebas o certezas duraderas, ni siquiera grandes avances históricos. Más bien, cada generación debe dar vida a las preguntas de nuevo y cuestionar los intentos de respuesta.

2.

Mi fotografía responde a esta demanda.

Busca el misterio del mundo. (Cada foto dice: nada es como que es.) Rechaza la creciente masa de imágenes que aplasta nuestra percepción en la masa del consumismo.

3.

Se defiende de la mirada indiferente. Se permite mostrar que el mundo es grande y a menudo también adorable (bello y bueno). Pero un arsenal kitsch (demasiado bueno y demasiado bonito) no es.

4.

Un objetivo: mostrar las aristas de lo conocido y las rupturas de los contextos. El esfuerzo por dejar que los abismos se vuelvan perceptibles, incluso los de nuestra razón.

5.

Las obras de arte de éxito hacen que el mundo y el receptor sean permeables. Entrelazan los fragmentos del mundo.
Las imágenes pueden ofrecer a la delgada y fugaz realidad algún apoyo y al espectador un poco de actitud. El arte como autoeducación.

6.

En el mejor de los casos, las fotografías dan forma a lo no dicho, lo invisible y lo incomprensible.

Detrás de esto está la idea de que todo está conectado con todo lo demás: el hombre con el animal, el pájaro con la piedra, el árbol con la infinidad del cosmos.

«En la superficie de una manzana veo todo el universo». (Paul Cézanne) Ojalá se pudiera conseguir eso para algunas fotografías.

7

La fotografía puede ser quizás una renovación de la ontología que refleja el medio.

Deseando que las imágenes que son un eco para la vida y el mundo, se hagan eco ellas mismas -.
Gerd Gerhardt, enero de 2022

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